
Dar, un poquito, en el blanco
Por Rogelio Vega
Escuché fragmentos de “La bala” muchos años atrás. Carlos Bustos había utilizado el cuento como ejercicio en uno de sus muchos talleres y pormenores de la truculenta historia se habían ido permeando, aquí y allá, en conversaciones posteriores. La historia, al fin y al cabo, involucraba a dos dispares escritores y Carlos, con su maravilloso y negro sentido del humor, seguía lanzando las obvias y atinadas comparaciones sobre muchos de nosotros: los autores seguros de sí mismos y su trabajo, los incansables rockstars de las letras, y aquellos (bien nos contábamos acá) para los que la hoja en blanco representaba una lucha constante. Una batalla muchas veces ingrata y no exenta de vaivenes o extraños caprichos.
“La bala” siguió su arduo camino y en compañía de ocho relatos más conformó el volumen que, en 2016, ganó el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez. Pero como en muchas otras cosas que involucraban a Carlos, el feliz reconocimiento se vio sometido a la tramposa voluntad del Destino: Carlos enfermó, la ceremonia del galardón se volvió un homenaje póstumo y la inminente publicación del libro tuvo que postergarse indefinidamente… Bajo otras circunstancias, lo sé, podría resultar casi divertido. Bajo otras circunstancias, la anécdota hubiera encontrado un lugar privilegiado entre la hilarante colección de aventuras que Carlos padecía.
Porque el proyectil, al fin y al cabo, había terminado por dar en el blanco.
Los mundos que se agotan (coedición entre Arcadia Fusión Cultural, Editorial Paraíso Perdido, Typotaller y Fóbica Fest) se concibió años atrás y desde muchas razones: unas personales y egocéntricas, otras idealistas y más generosas. Un libro, se supuso desde aquella primera edición, representaba un testimonio sólido e irrefutable de nuestro nivel de compromiso: era la joya de la corona, la culminación de un esfuerzo y logística que, tras muchos desvelos, había conseguido reunir a una cantidad bárbara de invitados y actividades en el alucinante marco de unos cuantos días. El proyecto se masticó, quedó en pendiente y la posibilidad de mejores fechas se mantuvo distante en el horizonte; hasta que, sí, los equipos de Arcadia, Artdyacente, Acrílicos Olugna, Bright Tech, DelineTek, MK Diesel, Nube Control, Valcri, Disfraces Zago, Bamboo-yu, Byakko, Central Racuna, Liter Artes, Negocio Positivo, Nenum, Netnología, Nubetron, Red Mundial de Arte y VB Racing Insurance, levantaron la mano.
Porque el proyectil, tras cinco años, había terminado por dar en el blanco.
Y el volumen, su guía y cometido, tendrían que honrar al amigo; y “La bala”, caprichosa, divertida y funesta (porque no podía ser de otra manera), seguía en trayectoria, marcando con una sonrisa el destino que se había reservado para dos escritores. No fue difícil hallar el pasaje:
“Los mundos que se agotan, la historia de dos enfermos terminales que se enamoran y huyen a la Antártida para quedar congelados entre los hielos milenarios, como un par de fósiles, eternizados en la huella de su amor”.
Y mucho menos lanzar una convocatoria. De más 200 participantes, se redujo la primera selección a setenta y tantos finalistas; la lectura definitiva fue difícil, voraz, y no estuvo libre de explosiones y metralla. En paralelo a convocatoria, por parte de Artdyacente y Fóbica, se invitaron a ilustradores y artistas; el reto no fue menor: se les concedió solo el título y los terrenos que pretendía cubrir nuestro volumen. Queríamos seguir tentando a la suerte y conseguir ilustraciones que acompañaran textos que, seguramente, apenas estaban por escribirse.
Y los proyectiles, por fin, terminaron por dar en el blanco.
Los mundos que se agotan reúne los textos de Uriel Velázquez Bañuelos, Isaac López, José Raúl Sánchez, Jorge Domínguez, Imelda Quezada, Bernardo Pegueros, Yanzey Morales, Carlos Cortés, Francisco Orozco, Amed Aguayo, Gamaliel Flores, Manuel Mörbius, Samantha Ivana Lamas Ramírez, Alberto Mendoza, Dán Lee, Roberto Abad y Daniel Abrego; y las ilustraciones de Mario Neftalí (Vizzarro), Nim Obun, Iván Goan, David Ramírez @inkguts_zato, Mariana Cortés, Lucia Santillán, Frany Arteaga, Víctor Larios, Julio E. Jácome Paz (UnOyente), Monserrat Martínez Chávez, Viocolor, Víctor Tuluz, James Zsavala, Lucía Torres, Dinno Pegueros, Cristina Pacheco y Salvador Velázquez.
En su conjunto, acompañados o por separado, exploran un amplio catálogo de mundos que han llegado o están a punto de conocer su fin. Escenarios de pesadilla, distópicos y horrorosos, guardan sin embargo una pizca de esperanza; y como aquella pareja en pos de la Antártida buscan esquivar la verdadera y temible bala.
La del olvido.